El Erasmus, como cualquier intercambio suele generar tal impacto en la vida de las personas que se benefician de él, que el choque con la realidad al volver suele derivar en el llamado “síndrome o depresión post Erasmus”. Esto suele afectar en mayor o menor medida a todos los estudiantes que están de vuelta en sus respectivos países. No te preocupes, no es nada grave, solo se trata de un «síndrome de repatriación» según los expertos.

Este artículo, más que adentrarse en temas de psicología, te será de utilidad para llevar mejor este proceso. Por lo tanto, aquí van algunos consejos que te ayudarán a enfrentarte a la vuelta a casa y aprovechar las oportunidades que este maravilloso programa os brinda:

 

Pasea tus primeras semanas por tu ciudad de origen

Echar de menos tu ciudad de intercambio es uno de los síntomas del síndrome post erasmus. Volver a tu antigua ciudad será una nueva aventura. Lo verás todo con un nuevo encanto que antes por costumbre no apreciabas. Verás la ciudad desde un prisma totalmente distinto. Te sentirás como un turista ya que querrás ir a todos los sitios a los que antes no habías ido y que ahora, tras casi un año fuera, has echado en falta.

Todo esto ayudará a no idealizar tanto tu ciudad Erasmus y a darte cuenta de la suerte que tienes de vivir donde vives.

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Aprovecha para ver al mayor número de personas posible

A tu llegada, serás el “protagonista”. Todo el mundo querrá verte después de tanta ausencia y tu agenda se llenarán de planes ese verano que vivirás con añoranza pensando en tu curso pasado fuera de casa. Estos planes los harás incluso con gente con la que no tenías demasiado contacto antes de marcharte, querrán verte para saber sobre tu experiencia. Saca partido de esta situación y no dejes de hacer cosas y mantener la mente ocupada. Así evitarás acordarte de tu vida Erasmus en la que vivías en un auténtico “Non Stop”.

Obviamente no estamos diciendo que debas olvidar todos tus recuerdos, solo que para no tener ese sentimiento de añoranza constante debes mantenerte ocupado, ya que a pesar de intentarlo no van a parar de preguntarte por esta etapa. Al fin al cabo será inevitable no acordarse de tu maravillosa experiencia pase el tiempo que pase.

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No dejes de viajar

Una de las aspectos que más extrañarás sin duda de tu intercambio será la facilidad para organizar viajes y poder disfrutarlos semana tras semana. La cuestión es y era clara, no perderse ni una era el principal objetivo. Ahora que tus vivencias te han proporcionado un espíritu aventurero y una proactividad abrumadora, viaja. Hazlo a todos los sitios a los que puedas. Organiza pequeñas escapadas, desplazamientos a otros países o incluso a otras zonas de tu provincia. Así lograrás llenar el vacío que los viajes Erasmus han causado en ti.

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No pierdas el contacto con tu “familia Erasmus”

¡Como echarás de menos a tus compañeros! El síndrome post erasmus hará que recuerdes a las amistades creadas con excesiva nostalgia.

Superar la perdida de contacto diaria con tus compañeros de Erasmus, aquellos que consideraste tu segunda familia durante casi un año y ya para el resto de tu vida, no será tarea fácil en absoluto. Por lo tanto intenta tenerlos presente constantemente. Afortunadamente hoy en día los medios digitales facilitan el contacto frecuente, pero no te contentes con ello. Organiza quedadas, intenta verlos lo máximo posible. Aunque los compromisos profesionales o académicos dificulten que os veáis todo lo que deseáis, cada quedada será un soplo de aire fresco para crear nuevos momentos y recordar viejos.

Amistad

 

Aplica y usa los conocimientos adquiridos

Saca todo el provecho a tu experiencia adquirida en el Erasmus para mejorar de cara al futuro. Por ejemplo, si has utilizado y hablado muchísimo el inglés, aprovecha e intenta sacarte el nivel más alto que puedas en tu año de llegada. Con el paso del tiempo se te hará más difícil porque no tendrás el idioma tan “fresco” al no trabajarlo todos los días como hacías en el extranjero.

Busca empleo a tu llegada. Aquí te dejamos un post con los beneficios que te aporta esta experiencia a tu vida laboral. Las empresas están mucho más predispuestas a contratar alumnos que hayan estado de Erasmus por delante de aquellos que no. En definitiva, el Erasmus te habrá dotado de unas condiciones de las que podrás beneficiarte a tu llegada. Algo esencial para superar el síndrome post erasmus es no parar de hacer planes y mantener la mente ocupada, por lo tanto, trabajar en el período de vuelta a casa, sería una gran opción a la hora de mantenerse ocupado.

 

Intenta aprovecharte de otra beca

Si aún sigues sin poder llenar el vacío de lo vivido en el Erasmus ábrete a otras opciones. Posibilidades hay muchas: voluntariados, becas de intercambio a otros países, irte de Au pair o incluso a través de una empresa con trabajo o prácticas en el extranjero. Cualquiera de estos programas serán experiencias totalmente nuevas en tu vida y servirán para continuar tu periplo.

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ESN (Erasmus Student Network)

Si lo que quieres es continuar viviendo muchos de los beneficios que un programa de intercambio te ofrece (multiculturalidad, aprendizaje de idiomas, fiestas, viajes..) pero no quieres y/o no puedes salir de tu ciudad, quizás debas plantearte el ingresar en ESN.

Definida por si misma como: «Organización internacional de estudiantes sin ánimo de lucro. Nuestra misión es representar a estudiantes internacionales, por lo tanto, brindamos oportunidades para el entendimiento cultural y el autodesarrollo bajo el principio de Stutents Helping Students».

Se trata de una organización muy interesante con la que podrás seguir desarrollando tus habilidades que desarrollaste en tu Erasmus, comunicativas, expresivas, proactividad… Visita su página web para más información.

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